La Reanimación cardío-pulmonar se inicia cuando una víctima por alguna causa deja de respirar o su corazón se detiene, esto es, el corazón es un órgano que contiene sangre en su interior y que cuando se contrae la expulsa con fuerza a través de las arterias logrando oxigenar y alimentar a las células, y cuando se relaja permite la entrada de sangre que posteriormente saldrá mediante la contracción y esto lo hará aproximadamente de 80 a 100 veces por minuto durante toda nuestra vida. De ahí la importancia de apoyar a la víctima una vez que cursa por una parada cardiaca.
Protocolo de la reanimación-cardio pulmonar:
Seguridad y escena.
Verificar estado de conciencia o no respira o no lo hace con normalidad (boquea).
Active el servicio médico de urgencia y solicite el DEA.
Iniciamos con 30 compresiones (recordar localizar el punto de compresión, dejar que el tórax se expanda totalmente entre una compresión y otra) (es importante reducir al mínimo las interrupciones de las compresiones)
Inclinación de la cabeza , elevación del mentón.
Dar dos ventilaciones con duración de 1 segundo cada una.
Durante 5 ciclos. (30 x 2 x 5)
Consideraciones:
100 compresiones por minuto, permitiendo una completa expansión.
Reducir al mínimo las interrupciones de las compresiones.
De ser factible turnarse cada 2 minutos para que las compresiones sean efectivas.
Si no tiene un dispositivo de barrera o no es sabe dar insuflaciones solo de compresiones
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